lunes, 5
no sé bien qué me está ocurriendo, por qué vuelvo a sentirme consumida. siento que algo no está bien. no sé si dentro de mí, si fuera, si solo en mi cabeza. vuelvo a creer que nadie quiere estar aquí. que nadie me puede querer. sé que no puede ser verdad, pero no paro de pensarlo. el otro día […] estuvieron […] juntas, en un momento dado no podía parar de pensar que estaban todas hablando de mí. algo absolutamente ridículo, imposible, pero no podía salir del bucle. intentaba abandonarlo, pero llevaba de nuevo al centro: te odian. aprovechan para hablar mal de ti. no les caes bien. se ríen de ti. sobras. en parte ¿cómo no voy a pensar esto si cuando nos hemos visto me han dado de lado como si tuviéramos 5 años y esto fuera el patio del colegio?
estoy cansada de ser la niña triste que se sienta sola en una esquina. cansada de que nadie quiera estar conmigo, hablar conmigo, jugar conmigo. ser mi amiga.
a veces pienso en cómo sería volver a tener 5 años. en poder ir a alguien y simplemente preguntarle quieres ser mi amiga y que no exista la palabra no.
también, por si han pasado pocas cosas inventadas en mi cabeza, discutí con mi madre […] creo que no es capaz de odiarme, pero sé que le gustaría poder hacerlo.
jueves, 15
ayer pasaron muchas cosas buenas.
terminé de escribir el poemario que tanto se había atravesado, sigue sin nombre, pero eso no importa. necesito que sea algo grande o me volveré loca.
también me escribió la editorial para ofrecerme de nuevo firmar en la Feria del Libro de Madrid, posibilidad que creía perdida por no ser novedad. vuelvo a cumplir un sueño. y precisamente siguiendo con esto, hoy me ha hablado la otra editorial para ofrecerme lo mismo: una firma en Madrid. la primera vez de la editorial en la feria, un huequito para firmar el ensayo. de nuevo un sueño.
vuelvo a tener miedo de no ser lo suficientemente buena. ¿y si les hago perder el tiempo? ¿qué pasa si no se vende ni un solo libro? no quiero ser una carga.
al terminar por fin el poemario, pienso en el vacío que queda ahora. el de no tener una motivación de escribir constantemente, no saber qué pasará con él, si alguna vez verá la luz, si es bueno, si sirve para algo. estoy decidida a, alguna vez, hacer algo grande, lo necesito. si no, todo esto no habrá tenido sentido.
[…]
duele un poco ver que los demás no te quieren como tú a ellos. quiero volver a ser una niña y que nada importe. si me sigo sintiendo así creo que me moriré de pena.
jueves, 22
nunca he sabido ser constante en nada. ni en la gente, ni en lo abstracto. solo hay dos personas que llevan más de 10 años en mi vida y son mis padres. después va jesús que lleva casi 9, creo que más o menos el mismo tiempo que hace que conozco a ícaro. mis amigas y yo nos conocemos desde 2020. nuestra relación acaba de empezar el colegio, quizá por eso sigue siendo esponjosa. mi relación con jesús sigue siendo un niño, por eso está todavía llena de cariño.
pero la relación con mis padres es una recta que crece a la misma velocidad que yo: no queda tiempo para entender su naturaleza.
la otra constante de mi vida y mi relación más larga son los libros. llevo siendo así de activa en esto desde 2018. 7 años. solo 7 años. en realidad menos desde que realmente supe que esto es lo único que tengo. ¿por qué merecería tener algo más, si esto ha sido lo último en mi vida? estoy pidiendo todo, pero sé que no lo merezco. ahí fuera hay gente que lleva en esto desde la infancia. que supo que era su sueño. a mí simplemente me llegó por agotamiento. por falta de voz. por la violencia.
en realidad estoy mintiendo. sigo necesitando mentirme para no volverme loca. desde pequeña me gustaba leer, por todo eso de no tener amigas o que mis amigas no fueran lo que yo buscaba (o necesitaba). tampoco demasiado, pero siempre estaban ahí los libros. sé que jugaba a escribir también desde pequeña. nunca elaboraba, nunca seguía, pero siempre tenía palabras en las manos. todas las palabras que no me cabían en la boca salían disparadas de mis dedos.
si empecé a escribir fue porque no tenía voz. porque tampoco tenía vida. solo quería fantasear con escapar de este mundo. si escribía podía ser una sirena, la protagonista de una serie o de una película. fui ninja, tributo, princesa sirena y seguro que más cosas que no recuerdo. intentaba escapar de un mundo que me expulsaba a través de las palabras. en tus sueños, sigues siendo tú, pero en la escritura puedes ser otra. puedes cambiarte el nombre, el color de ojos o de pelo. incluso de especie. puedes ser la popular. puedes tener novio. puedes ser todo lo que no eres en el mundo real.
en mis historias, cuentos, fantasías yo siempre era la protagonista. era un poco más alta, un poco más guapa. era delgada. era rubia o pelirroja. tenía los labios más grandes y más rosados. los ojos más azules. pecas. pechos. en mis fantasías podía ser todo eso que nunca podré llegar a ser.
empecé a escribir por agotamiento.
empecé a escribir porque el mundo me expulsaba.
empecé a escribir porque me odiaba.